abril 22, 2016

Tal vez no sabías... que ni siquiera en las Biblias Católicas aparece jamás que María ascendió al cielo en cuerpo y alma (doctrina conocida como la Asunción de María, y que fue promulgada en 1950). 

Si eres devoto católico, seguramente eres uno de los millones que has creído siempre, de buena fe, en la Asunción de María, porque así te lo han enseñado. Es decir, que ella ascendió al cielo en cuerpo y alma, y que fue recibida en el cielo con honores.

Sin embargo, nada de eso aparece en ninguna parte de las Sagradas Escrituras, sino que es un dogma católico que durante siglos ni siquiera existía, y que fue promulgado e instituido por la Iglesia Católica, como dogma oficial, solo hasta mediados del siglo XX.

La Iglesia Católica reconoce la inspiración divina de la Biblia, (es decir, acepta que es inspirada por Dios), y por lo tanto, la reconoce como el libro máximo sagrado del catolicismo. Siendo así, lo lógico y correcto debería ser que todo dogma o doctrina católico se ciña fielmente a lo que la misma Biblia enseña. Sin embargo, la Asunción de María (como tantos otros dogmas católicos más) no solo NO aparece en la Biblia, sino que se contrapone a lo que éste santo libro enseña, siendo una doctrina desarrollada por los hombres, no por Dios.


HISTORIA DE LA DOCTRINA DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA:

Aunque María (la madre terrenal de Jesús), debió haber muerto a mediados del siglo I, la primera referencia a la Asunción de María no surge sino hasta el siglo IV, cuando de manera popular y arbitraria los devotos católicos empezaron a celebrar la fiesta de "El Recuerdo de María". No fue sino hasta dos siglos después que dicha fiesta fue llamada la Dormitio (χοίμŋσις) o Dormición de María, según la cual eligieron celebrar la muerte, resurrección y asunción de María.

Así, la Asunción de María, como doctrina, no empezó a desarrollarse sino hasta 8 siglos después, en el siglo XII donde aparece en el tratado Ad Interrogata, atribuido a san Agustín, quien hablaba de la asunción corporal de María. También Santo Tomás de Aquino y otros teólogos de la época se declararon en su favor.

El Brevario, (un libro oficial usado en la liturgia católica) contenía citas de un libro llamado el Seudo-Jerónimo, el cual ponía en duda que María hubiese ascendido al cielo con o sin su cuerpo, aunque mantenía la creencia en su incorrupción (que por cierto, tampoco aparece en la Biblia, lo cual veremos en otro artículo). Ello hizo surgir la duda de si la asunción corporal debería estar incluida en la celebración de la fiesta a María.

En el siglo XVI, el papa Pío V reformó dicho Breviario , quitando ciertas citas del mismo, y sustituyéndolas arbitrariamente por otras propias que defendían la asunción corporal de María.

El papa Benedicto XIV señaló la doctrina de la asunción como "pía y probable" pero sin señalarla siquiera como dogma.

En 1849 llegaron las primeras peticiones al Vaticano de parte de algunos obispos para que la Asunción se declarara como doctrina de fe. Con el correr de los años, hubo más de estas peticiones. Así, en 1946, el papa Pío XII consultó al episcopado por medio de la carta Deiparae Virginis Mariae, en la cual, por mayoría (aunque no por unanimidad) se acordó que la Asunción fuera declarada como un dogma católico. Cabe señalar que en ese entonces (y aún en el presente) el liderazgo católico reconoce como "infalibles" los designios papales; por lo cual es mal visto que alguno ose oponerse a éstos o contradecirlos.

Finalmente, el 1 de noviembre de 1950 se publicó la bula Munificentissimus Deus, en la cual el Papa, "basado en la tradición de la Iglesia católica, tomando en cuenta la creencia de los fieles, de los Padres y Doctores de la iglesia, así como el consenso de los obispos del mundo", declaró como dogma de fe la "Asunción de la Virgen María". Cabe anotar que dicha promulgación se fundamentó en consensos meramente humanos y por tanto, falibles, y carece de todo sustento bíblico. Incluso la proclamación misma del dogma dice explícitamente que se trata de un "dogma divinamente revelado" a aquellos mismos que hacen dicha proclamación. Pueden leerlo por ustedes mismos aquí debajo.

Dicho dogma reza así:

"Por eso, después que una y otra vez hemos elevado a Dios nuestras preces suplicantes e invocado la luz del Espíritu de Verdad, para gloria de Dios omnipotente que otorgó su particular benevolencia a la Virgen María, para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte, para aumento de la gloria de la misma augusta Madre, y gozo y regocijo de toda la Iglesia, por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo y nuestra, proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado: Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial."
Constitución apostólica Munificentissimus Deus, 1 de noviembre de 1950.

En ese simple párrafo se basa un dogma católico de, oficialmente, menos de 70 años de antigüedad, y que, alrededor del mundo, se ha constituido equivocadamente en una gran "verdad" para aquellos que sinceramente creen todo lo que les inculque su iglesia católica, sin jamás analizarlo a la luz de lo que dice la Sagrada Biblia, la cual debería estar (y de hecho, está) por encima de cualquier promulgación o doctrina de los hombres.

Más bien, deberían hacer como los cristianos de Berea, que dice en Hechos 17:10-12 que ellos recibían solícitamente el Evangelio, pero escudriñaban todos los días las Escrituras, para comprobar por sí mismos si era cierto o no, todo lo que les decían el gran apóstol Pablo y su compañero Silas. Y si ellos eran sabios en verificar que si lo que estos dos hombres de Dios les enseñaban contradecía o no contradecía lo que Dios ya había dicho en su Palabra (que en ese entonces eran solo los escritos hebreos, o Viejo Testamento, pues el Nuevo Testamento aún no existía), entonces, cuánto más debería todo católico verificar cada dogma que su iglesia le ha inculcado, sin importar si se trate de una tradición nueva o de siglos.

Dice la Biblia: "Examinadlo todo; retened lo bueno". (1 Tesalonicenses 5:21)


LA ASUNCIÓN DE MARÍA vs LA ASCENCION DE JESÚS:
El dogma católico de la Asunción de María guarda cierto paralelismo con la Asención de Jesús. Más que ello, pareciese un intento de igualar a María con el mismo Señor Jesucristo.

La gran diferencia en todo esto es que la Asunción de María no aparece en ninguna parte de la Biblia (ni siquiera en ninguna biblia católica). En cambio, la Ascención de Jesús sí está documentada en varios pasajes bíblicos del Nuevo Testamento (Marcos 16:19-20; Lucas 24:50-53; Hechos 1:9-11). La Biblia narra que el Señor Jesucristo, después de morir y resucitar, y pasar luego 40 días con los apóstoles, ascendió a los cielos corporalmente y en alma y Espíritu, ante la vista de muchos testigos.

El dogma católico de la asención de María, en sí, no deja en claro si sostiene que esta murió o no, pues solo dice que, "terminado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma" (o sea, ascendida al cielo corporalmente). Ni los propios católicos se ponen de acuerdo al respecto. Sea cual fuere el caso, que tal dogma establezca que murió o no murió, la asunción de María sigue careciendo de todo sustento bíblico.


La Biblia documenta dos casos de personas que, estando vivas, fueron llevadas por Dios. Está el caso de Enoc, "séptimo desde Adán". La Biblia dice en Génesis 5:22-24 y en Hebreos 11:5, respectivamente, lo siguiente: "Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios."
Y: "Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios".


El otro caso es el de el profeta Elías, en donde la Biblia sí nos explica más claramente lo sucedido. Dice explícitamente que Elías iba caminando con Eliseo, cuando "un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino." Este es el pasaje completo: 2 Reyes 2:1-18

Sin embargo, estos dos casos, de Enoc y de Elías, no son iguales a los de Jesús, pues los dos primeros no llegaron a morir, sino que fueron llevados directo al cielo, sin ver muerte. En cambio, el Señor Jesucristo sí murió y resucitó al tercer día. Luego estuvo 40 días en la tierra y se le apareció a muchos. Y después de ese tiempo, fue llevado al cielo, a la vista de muchísimos testigos.

En cambio, acerca de María, no dice jamás ninguna parte de las Sagradas Escrituras que ella no vio muerte, ni tampoco que ella haya sido llevada al cielo corporalmente. Si buscas en internet, encontrarás muchas páginas que dicen sustentar con versículos bíblicos la asunción de María. Sin embargo, cuando lees con detenimiento sus argumentos, solo encuentras citas bíblicas que no tienen nada que ver, así como razonamientos arbitrarios de teólogos católicos en las que se apoyan, según ellos, para decir que "era posible, lógico, necesario, que convenía", etc., que, si Jesús se llevó a otros al cielo, también debió haberlo hecho con su madre; que ella no tendría por qué sufrir la corrupción mortal del cuerpo humano; que Dios no tendría por qué esperar a la resurrección final de los muertos para tener a María a su lado; y cosas así. Pero jamás citan ningún pasaje ni versículo bíblico que mencione que María ascendió al cielo. Y es que no pueden, porque eso no existe en la Biblia.

Atengámonos estricta y únicamente a lo que aparece en la Biblia. Incluso, todo católico que dice creer en la Biblia debería hacerlo. Así que, si el concepto católico de "Asunción" se refiere a ser llevado al cielo en cuerpo y alma, entonces sería mucho más sensato (y hasta bíblico) hablar de la "Asunción de Enoc", o de la "Asunción de Elías".  Pero jamás, de la "Asunción de María".

Más información:
Asunción de María.
La Asunción de María y la Biblia.

1 comentario:

  1. Exelente y gracias por la xplicacion. Ojala todos los catolicos leyeran la biblia en ves de aceptar todo lo que les dicen sin analizarlo

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